LAS PALABRAS (I).

Las palabras son el rostro de nuestro mundo interior. He aquí las primeras que someto a consideración:

  • Entusiasmo. Estado anímico que va más allá del compromiso personal. Es un valor deseable en todo escritor, aficionado o profesional.
  • Humildad. Facilita el reconocimiento de nuestras limitaciones, amortigua los excesos, provoca la mejora de nuestras capacidades y nos coloca a la distancia adecuada de nuestra labor. Es nuno de los valores con mayor importancia para el trabajo de creación.
  • Sensibilidad. Captar y comprender el mundo que nos rodea y nuestro propio mundo interior. Y actuar en consecuencia.
  • Valentía. Seguridad en uno mismo a la hora de escribir para no depender en demasía del reconocimiento de los demás.

     ¿Se os ocurre alguna más?

 

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